Algunos líderes tienen habilidades naturales. Otras personas que quiza no tienen las mismas habilidades, se convierten en excelentes líderes a través del desarrollo. Pero aun líderes natos no llegan a ser "buenos líderes" sin por lo menos un poco de esfuerzo.

Aunque Dios nos llamó al ministerio hace muchos años, no salimos de la cama un día para asumir una posición de liderazgo, ni estavamos preparados para ascender en una semana a la cima. Claro, creiamos estar listos, pero en realidad no lo estavamos. El problema era que el fruto del Espíriru Santo no era visible en nuestras vidas. Si nos hubieramos encontrado en una posición de liderazgo en ese momento, en lugar de hacer algo bueno en las personas, como debe hacer un líder, hubieramos hecho que todos a nuestro alrededor se sintieran miserables juntamente con nosotros. sin embargo, Dios nos llamó a un liderazgo. Antes nos preguntavamos porque Dios no llamaba gente prepararda al liderazgo. Creo que la razón por lo que no sucede así es porque Dios no puede encontrar a nadie así, todos pasamos por una preparación y un proceso.

Mi padre Miguel Ángel García Sánches, mi madre Teresa Sánchez López, mi hermana Karen García Sánchez y un servidor Miguel Ángel García Sánchez somos los iniciadores de esta congregación llamada la familia de Dios, ya que creemos firmemente lo dicho en Filipenses 2:19-22:

                "Así que ya no somos extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de La Familia de Dios edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien nosotros también somos juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu".

El Centro Familiar Cristiano "La Familia de Dios" celebró su primer servicio con 18 personas en el Aduitorio Anexo a la Cooperativa 11 de abril en la Colonia Centro ubicada en Atotonilco de Tula Hidalgo.

Nuestro objetivo es:

                  "Hacer de cada persona común y corriente un siervo fiel, capaz y comprometido en adquirir el carácter de Jesucristo, para que despues esta misma persona lo implante en otros"